¿Te acuerdas cuando fuimos a Roma?
¿Te acuerdas de piazza navona, la fontana di Trevi, el museo del Vaticano, el coliseo, nuestra habitación en el hostal…?
¿Te acuerdas que los días feriados terminaron y nos dirigimos a la estación de trenes, tú tomarías uno a España y yo otro a Zúrich?
¿Te acuerdas que nos besamos, nos despedimos, nos besamos, nos dijimos cosas hermosas, nos besamos…?
¿Te acuerdas que finalmente cada quien caminó en dirección contraria?
¿Te acuerdas que yo había dado quizá unos quince pasos y mis ojos quisieron verte otra vez. Me detuve, volteé la vista y ahí estabas tú, detenido también en tu paso número quince y buscándome con tu mirada de cielo azul?
Yo si me acuerdo, porque no se puede olvidar esa lección: cuando la vida les dice a dos amantes, que se pertenecen el uno al otro. Cuando eso sucede no queda más remedio que aprender la lección.
¿Te acuerdas cuando fuimos a Roma?